sábado, 12 de enero de 2008

Muchas personas dicen que el amor es universal. Claramente esas personas nunca han ido a China.

No es que no experimenten el amor ni mucho menos. No, es más bien la manera como lo expresan, o fracasan en expresar, todavía no lo tengo muy claro. Los chinos se contradicen a veces; dependiendo de la ocasión, el contexto sociocultural o la fase de la luna, yo que sé, pueden ser tímidos o extrovertidos, pasivos o agresivos. Por ejemplo, cuando un joven chino conoce a una niña que le gusta, actúa de manera tan distante y seca hacia ella que parece que la estuviera tratando como una máquina de fax y no como una persona. Sin embargo, una vez dan "el siguiente paso" y se convierten en una pareja, el chico no tiene ningún problema con zarandear a su pobre novia como si quisiera matarla.

Al principio, meses atrás, mientras deambulaba por las calles de Tianjin me sentía en la ciudad más agresiva del mundo. Todo el mundo gritaba, a todas horas y sin provocación alguna. El abuso entre parejas se toleraba, si no es que se fomentaba. Entre el culture shock y la ignorancia pensaba lo peor.

Pero no, resulta que cuando un par de viejitos se están gritando lo que en verdad hacen es bromear. ¿Esos dos tipos de 30 años, los que acaban de agarrar a un tercero de los brazos y como que lo van a meter en una caneca? Qué va, son tres amigos en plena diversión. Y el loco ese que acaba de apretarle el pescueso a su novia, y la tumbó al piso, obviamente sólo está jugueteando con el objeto de sus afectos. Nada dice, "te amo" como un desguinze. Cuando esa niña se esté aplicando una bolsa de hielo por la noche, pensará en los moretones y le brotarán corazones.

1 comentario:

Olavia Kite dijo...

¿Será por eso que Chee Siang me trata a las patadas? Hmmmm... ascendencia china... hmmmm...